El Domund (la Obra de la Propagación de la Fe) se encarga de fomentar en los cristianos la colaboración con todas las Iglesias del mundo y sus necesidades.

Esta Obra celebra todos los años, el penúltimo domingo de octubre, la Jornada Mundial de las Misiones, que en España se conoce popularmente como DOMUND.

El tercer domingo de octubre la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Misiones, el Domund. Este año 2025 el lema para la Jornada es: Misioneros de esperanza entre los pueblos, y nuestra Iglesia Diocesana se suma en la oración por la misión y los misioneros, en el apoyo material y económico para la labor misionera y dando voz a auténticos “artesanos de esperanza” (Francisco), ”ante una humanidad “con frecuencia distraída e infeliz” (Francisco).

En la Semana del Domund 2025, queremos traer a la luz a un misionero, profeta de su tiempo, fuente de esperanza para la humanidad, el cardenal Charles Lavigerie. El 31 de octubre de este 2025 se cumplen los 200 años de su nacimiento, de un hombre que alzó la voz contra la esclavitud, contra la negación de la dignidad de la persona en el continente africano, en un momento histórico donde Europa celebraba la abolición de la trata atlántica.

Lavigerie no escatimó esfuerzos en todos los ámbitos de la sociedad europea por la defensa universal de la dignidad humana, abrió y sembró puentes de esperanza en caminos de cooperación interreligiosa y humanitaria.

“La esclavitud, tal y como se practica en áfrica, no solo es contraria al Evangelio, también es contraria al derecho natural… ahora bien, las leyes naturales interesan no solamente a los cristianos sino a todos los hombres.

Por esta razón hago un llamamiento a todos, sin distinción de nacionalidad, ni de partidos, ni de confesiones religiosas. No me dirijo solamente a la fe, me dirijo a la razón, a la justicia, al respeto, al amor de la libertad…” (Lavigerie – Conferencia dada en la iglesia del Gesù en Roma, el 28 de diciembre de 1888)

Lavigerie no solo fue un referente de lucha en favor de la dignidad humana, es un testimonio vivo y un aliciente, un foco de esperanza que se extiende entre los pueblos, es una llamada al compromiso de la defensa universal de la dignidad humana.